Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

Aquí hay Gato encerrado.

Cuando el premio literario lo otorgan a cierto autor,  la participación de jugosos fondos internacionales para un proyecto que lleva veinte años estudiando indicadores de pobreza, cuando la cuenta de un par de cervezas engrandece los números, cuando sospechamos infidelidad, cuando anuncian los ganadores de un certamen de pintura, cuando las mentiras parecen mentiras y no la verdad que nos quieren vender, cuando la careta política empieza a desmoronarse, cuando se otorgan concesiones a un asiático para que importe un tren bala que pagaremos con tarjeta TUC. Cuando creemos que no todo goza de transparencia decimos: Aquí hay gato encerrado. Tenemos un olfato agudo para percibir cuando las cosas no están muy claras  y es una intuición basada en siglos de tretas y engaños, artificios que el ser humano utiliza para esconder la verdad. Estamos claros que cada cual tiene una verdad y eso es incuestionable, sin embargo, hay principios sobre los cuales descansa la honestidad que deberían ser

Fugata de Gatos

Gatos maullando, sobre mi tejado, piden acompañarlos . Nunca tuve una crisis existencial y sentimental tan profunda, como cuando mis gatos se marcharon. El año pasado, llegó a mi vida Lucas, un gato de pelaje negro con grandes ojos azules. Desde los ocho años de edad no había sido ama de un gato, bueno, un gato no había sido mi amo. Lucas, se mostró al inicio huraño, pero con nuestros arrumacos, caricias y atenciones rápidamente se adaptó a mi núcleo familiar que lo conforman mis dos hijos y yo. La luna de miel duró cuatro meses. Bastó una noche de farra para que Lucas probara las mieles del bacanal gatuno y no regresó. Lo buscamos por todo el vecindario, pensando que en una ingenua salida un vehículo lo había dejado como calcomanía. De su existencia quedó un registro fotográfico que nostalgicamente, a veces, miramos. Semanas después llegó Manet. Su traslado fue traumático. Rompió la caja de cartón donde viajaría, así que tuvimos que llevarlo en una pequeña hielera con uno