Cuenta la leyenda que un hombre muy adinerado buscó refugio debajo del follaje de un enorme árbol cuando caía una tormenta. Mientras estaba allí miró que en el dintel de un derruido monasterio estaba un gato, éste levantó su pata y lo invitó a entrar para cubrirse de la lluvia. Cuando el hombre cruzó el umbral cayó un rayo y mató al gato. El hombre en agradecimiento ayudó al monje a reparar su santuario y en honor al gato mandó a hacer una figura de porcelana. Aunque esta leyenda es de origen japones, en China la adoptaron y es común también ver a Zhaocai Mao o el Gato de la suerte en los establecimientos comerciales para atraer a la fortuna, el dinero, clientela. Este simpático gatito con la mano suspendida se ha fabricado en diferentes materiales y según la tradición dependiendo del color y la mano que tiene elevada es el tipo de invitación que se hace a la suerte. Wang Jing, el gran empresario chino, me parece una versión de Zhaocai Mao o el gatito de la suerte. Nuestro ...