El sol atiza el calor del verano que puede llegar a los bochornosos 37°- 40° en la zona pacífico de nuestro país. Las calles desprenden ese vapor tembloroso y tu cuerpo parece derretirse debajo de la ropa. La gente espera durante muchos meses la llegada de la semana santa para ir a la playa a "quitarse el calor". Nuestro país tiene dos estaciones: Lluviosa, vaporizante e hirviente y seca. Pero no es del clima que quiero hablarles. El verano es esperado porque se ha vendido la idea de diversión, playa, vacaciones, mujeres y hombres bellos tomando cerveza, luciendo un bronceado envidiable. La magia del marketing empieza a hacer efecto. Todos quieren, al menos una vez en la vida, lucir como los modelos. En tiempos de la revolución los salones sobrevivían con una tijera, ir a uno se consideraba un lujo pequeño burgués, apenas habían 2 gimnasios, y hablar de Spa, centros de estética, bronceados con máquinas era hablar de la "dimensión desconocida". La mayoría d...