Desde la aparición del columnista Charles M. Blow, en el The New York Times donde afirmó que "Algunas de las primeras caricaturas que puedo recordar incluyen a Pepe Le Pew, quien normalizó la cultura de la violación; Speedy Gonzales, cuyos amigos ayudaron a popularizar el estereotipo corrosivo de los mexicanos borrachos y letárgicos” causó revuelo entre las generaciones que crecieron con los Looney Toons y la memoria emotiva les trae la nostalgia infantil sobre estas caricaturas que marcaron a diferentes generaciones.
La polémica se extendió a las grupos más jóvenes que avalan
que Blow tiene razón al indicar que las caricaturas reforzaron estos
estereotipos y que de alguna forma aportan a esa cultura del acoso a las
mujeres y el racismo a los mexicanos.
Este evento, propio del mainstream, no lo pasaré desapercibido para reflexionar sobre algunos puntos que me parecen oportunos compartir y no quedarse en comentarios entre amigos que coincidimos con que hay signos de aparición de una intolerancia que se trasviste de lo políticamente correcto.
Recordamos, un buen amigo y yo, la obra de René Magritte “Ceci
n'est pas une pipe”, (esto no es una pipa), cuya leyenda aparece al pie de la
obra donde está una pipa de tabaco. La obra, aparentemente sencilla, es mucho
más compleja de lo que a simple vista nos parece contradictorio que el artista
sentencia que lo que ves no es lo que ves.
Las lecturas pueden ser diversas, Margritte al decirnos que la obra no representa a una Pipa, pone de manifestó un conflicto, una contradicción entre la imagen y la auto negación de esta. Un juego entre la imagen y el enunciado, que resulta ser un oxímoron.
Este contrasentido, también lo encontramos en la obra del “El Principito” cuando éste les mostraba su dibujo a varios adultos y éstos respondían que era un sombrero, menos lo que él realmente estaba expresando que era una boa que se había tragado un elefante.
Hago esta digresión porque me parece necesario hablar sobre la
subjetividad que envuelven los dibujos y por tanto lo que también pensamos o
interpretamos de ellos es meramente individual y muchas veces no coincide con
el verdadero motivo de los creadores.
El personaje de Pepe le Pew, apareció por primera vez en 1945 un macho francés exageradamente romántico que busca a toda costa aparearse con una hembra. Su creador Chuck Jones basó su personaje en un colega que fanfarroneaba de sus conquistas que terminaban siempre en un rechazo. En 1949 ganó un premio Oscar con el corto animado “razones sentimentales" ganador de un premio Óscar en la categoría de mejor corto de animación cuyos protagonistas era Pepe Le Pew y su novia. Cómo ha cambiado la industria, ¿verdad?
La caricatura perduró con el tiempo, así que los que indican que nuestra generación está afectada con los señalamientos incluso con descontinuar el personaje, están desfasados.
El señor Blow, desde una valoración aparentemente objetiva señala que la caricatura incita el comportamiento acosador y de abuso hacia las mujeres. Ese es un punto que muchos han comprado.
Sin embargo, el periodista parece que no se detuvo a analizar con más detalle el contexto en el cual se realizó esta caricatura y la cronología de acontecimientos que han pasado hasta la fecha. Apenas culminaba la 2da guerra mundial, una sociedad americana ultraconservadora que veía con malos ojos la apertura sexual de los europeos en este caso los franceses, la píldora anticonceptiva apareció en 1951 las mujeres no se atrevían a usarla por los prejuicios hacia la misma y todo lo que representaba, el rock and roll inicia por primera vez una ruptura con la aceptación del cuerpo, sus movimientos y la sexualidad reprimida a los jóvenes blancos urbanos durante mucho tiempo, la revista Playboy en la cual muchos se han alfabetizado sexualmente, apareció en 1953 con Hugh Hefner como su director, en los años 70´aparecen las rivales Penthuose y Hustler del polémico Larry Flynt quien ganó un juicio amparado en la Primera Enmienda de la constitución de los Estados Unidos, la liberación sexual con el movimiento hippie que desafortunadamente se disgregó por el alto consumo de drogas y la aparición del VIH en los años 80’ y paro de contar.
Creo que el columnista pasa por alto que la sociedad norteamericana tiene una industria millonaria de pornografía y venta de armas. Amparados de forma constitucional han sido décadas de una cultura de extremos, por un lado, un puritanismo ultraconservador, fundamentalista que viste de saco y corbata pero está invitado a fiestas de Jeffrey Epstein para consumir adolescentes y por otro lado esa cultura de la libertad sexual donde la distribución, compra y venta de material pornográfico, armas, drogas están al alcance de una infancia y juventud donde sus niñeras han sido miles de horas jugando a descuartizar personajes en videojuegos y jugar a los vaqueros con sus compañeros de clases.
Señor Blow no es Pepe le Pew que apesta, lo que apesta es el tufo de doble moral que prevalece en una sociedad norteamericana que igual que Margritte, coloca una etiqueta a su obra para indicar que lo que se ve no es una pipa. En palabras del pintor “las imágenes están incompletas, pero sin embargo a veces nos engañan, nos traicionan", así que por décadas nos han engañado con las imágenes de una sociedad progresista, de libertades y tolerancia, pero en la cruda realidad es una sociedad disgregada entre Disneylandia y Vietnam. El acoso que él afirma que se resume en una mofeta, no es más que un distractor para evadir la verdadera polémica, el verdadero acoso está en las estructuras del poder que se han beneficiado con las debilidades y carencias del ser humano. Una sociedad que está llena de estereotipos, prototipos que nos salpican y tratan de bañarnos con esas aguas putrefactas. Nuestros debates deberían de centrarse más allá de meras representaciones, o juicios de valor que otorgamos a que si una caricatura es o no es ofensiva.
Lo que nos debería ofender golpea a diario nuestras pupilas, con alarmantes cifras de embarazo infantil, tráfico y desaparición de jovencitas, violencia normalizada, mujeres instrumentalizadas para concursos de belleza o programas matutinos en la televisión nacional, música urbana que recibe premios, pero está plagada de verborrea sexista y misógina, mandatarios acusados e impunes de violación a menores, instituciones policíacas que han abusados de los privados de libertad, la aberrante arbitrariedad con que se imparte justicia.
No todo lo que se ve como la representación de una verdad o una realidad, lo es hay múltiples verdades y tenemos que ser tolerantes frente a ellas. Cuestionar es parte de generar un pensamiento crítico más allá de simples aseveraciones o siluetas. Quiero señalar que cuando vemos un acosador en una caricatura, una pipa o un sombrero no necesariamente confirme que estemos viendo más allá de las líneas agrupadas en un dibujo, como bien decía Antoine de Saint-Exupéry “Lo esencial es invisible a los ojos”.
Ciertamente, Madeline. Lo cual me recordó al tipo que le dijo "Adiós, amigo" a un hombre que iba por la calle. Tristemente el otro pensó: amigo es el ratón del queso, el que se saca de la leche, la leche de las vacas, las vacas tienen cachos. Este hombre me dijo cachudo. Y sin mediar palabras, se sacó un arma y lo mató.. Y todo por la interpretación antojadiza de un simple saludo.
ResponderEliminarConcuerdo con la base de tu argumento que esta ligado a la visualización de los reales desafíos que tenemos enfrente y que nos aquejan día con día, lo que refuerza la violencia. Sin embargo, dudo que este planteamiento de no "satanizar" las caricaturas, aplique a todas las que hoy día existen, pienso que la industria también se ha encargado de manipular con su contenido en muchas formas, también recibimos adoctrinamiento por medio del contenido que se ve en internet, en diferentes formatos. Tengo dos sobrinas y una hermana, todas menores de 10 años, youtube y toki tok son su "religión" y tratan en todo lo posible de llevar a la realidad muchas fantasías que ven en esas redes, incluso muchas de las decisiones para escoger un articulo x muchas veces he observado que se basan en esos contenidos; entonces, considero que tu aporte es valioso, pero también deberíamos contar que nuestro contexto actual es más complejo, diverso, ambiguo, muy amplio. A esto sumaria los estilos de crianza, que definitivamente abonan y alimentan estos comportamientos. Me encanto leerte.
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