Nunca convencerás a un ratón que un gato negro trae buena suerte.
Graham Green
Graham Green
Tuve dos gatos negros, Manet y Lucas. Los mismos que les conté que se fugaron cuando la naturaleza hizo llamado al apareamiento gatuno. Contrario a la superstición sobre la mala suerte, los gatos negros a mí no me asustan. Estos hermosos animales de oscuro pelaje los han vinculado a las brujas, al demonio, a los muertos y al mundo de la oscuridad. En la época medieval, era común también su persecución porque consideraban que eran brujas convertidas y la Iglesia estableció la costumbre de quemar gatos en la noche de San Juan.
En las civilizaciones antiguas los gatos negros eran considerados seres mágicos y quien poseía uno tenía mucha suerte. La cultura egipcia rendía tributo a la Diosa Basset, representada como una mujer con cabeza de gato. Es una pieza magistral, hecha en bronce, el gato Sagrado de Bast, en honor a esta diosa quien personificaba la fertilidad, la familia y la protección.
Sin embargo esto cambió y prevaleció la imagen que los gatos negros están vinculados al mal y todo aquello que presuma oscuridad.
En el 2006 apareció Train, un asesino con el seudónimo de Black Cat personaje del mundo del anime. Saya es una muchacha por quien Black Cat decide dejar el mundo del hampa y sus sentimientos afloran en relación a ella. Saya es asesinada por sus enemigos y Black Cat se convierte en un caza recompensas en compañía de otros dos personajes quienes están comprometidos a contrarrestar a su antagonista.
Este 22 de septiembre, se estrenó la segunda temporada de Black List, una serie de t.v. que por sus excelentes raitings de la primera temporada, nos traerá a la pantalla nuevamente a Raymon Reddington abreviado "Red". Raymon es un ex asesino que ayuda a una agente del FBI a buscar a un terrorista. Red tiene una enorme lista de criminales y extremistas que fue elaborando cuando él también era un delincuente. Esta lista la facilitará al FBI para minimizar la criminalidad a cambio de colaboración.
Este personaje Red, tiene mucha similitud con Black Cat, el animé. Hay una ruptura interna que hace que ellos cambien, de personajes oscuros a seres reivindicados. Aunque en esta segunda temporada de Black list se presumen algunos giros inesperados durante el desarrollo de la trama.
A lo largo de nuestra vida, al igual que los gatos negros, cambiamos de ser seres mágicos a convertirnos al lado oscuro o viceversa, algo puede ocurrir repentinamente y cambiamos por completo. También todos tenemos una "lista negra", que trabajamos durante nuestra vida con aquellas situaciones y personas que preferimos apartarlos en un lugar que nos reservamos el derecho de admisión.
La distancia con los personajes de ficción es evidente. Sin embargo, en el sótano de tus zonas más oscuras vamos coleccionando rupturas y cambios como si tuvieras un armario de cadáveres emocionales y nos convertimos en Black Cat y queremos "pasarle la cuenta" a todo aquello que arremete con nuestra zona de confort o atenta contra nuestros intereses. Hasta los teléfonos celulares tienen incluida una Blacklist, una pequeña muestra podría ser:
La prima que nos "levantó" el novio, el compañero que nos serrucha el piso para quedarse con nuestro puesto de trabajo, el taxista que nos cobra una tarifa exagerada, el "date" que nos deja plantada y ni siquiera llama para dar una excusa, la hermana que topó las tarjetas de crédito y somos su fiador, el funcionario público que nos hace esperar una hora y luego la secretaria dice que salió a una reunión, la "ex" que no deja ver a los hijos, el brother que siempre es como el "aceite" y nunca aporta para la cuenta de las cervezas, el hermano que siempre está metido en problemas y hay que resolverle sus "clavos", el marido que nos pasa las queridas frente a nuestras narices, el vecino invibible que su basura la deja en nuestra entrada. La lista puede ser más larga.
Pero así como nosotros tenemos nuestra Blacklist, al mismo tiempo pertenecemos a la lista negra de otros. Tampoco estamos exentos de culpa original. Estamos vetados para los ex, para quienes les quedamos mal en un trabajo, a los que nunca le devolvemos los libros, por reclamar una herencia, porque no tuvimos la cortesía de agradecer un regalo y expresamos que no nos gustó, la prima que no la invitamos a un acontecimiento importante, la persona que nunca dimos una carta de recomendación, cuando mentimos en nombre de otros para quitarnos una responsabilidad.
Estas rupturas que hacemos principalmente con la familia, con los amigos y compañeros de trabajo es parte de una dinámica de crecimiento personal. De reconocer que las relaciones interpersonales son complejas porque nosotros actuamos como el Black Cat y tenemos igual a Red una lista negra oculta, que repasamos mientras escuchamos esta sinfonía agridulce que es la vida.
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