A mis colegas escritoras, con respeto y admiración que cada una merece.
En un lugar del Ciberespacio, de cuyo nombre no quiero acordarme miré la invitación del Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias de la Unan-Managua para un conversatorio sobre La literatura de la Post-guerra, evento que celebro porque siempre son necesarios estos diálogos e intercambio de ideas.
Me detuve a revisar los invitados y de los 14 nombres en lista, todos son masculinos. Ni una sola escritora fue incluida al conversatorio. Al menos eso dice la invitación. Aunque sé que esto provocará urticaria en algunos colegas que se hastían con el tema de la equidad de género, no podía dejar pasar por alto esto. "Yo no puedo callar, me van a perdonar, amigos míos".
Si el evento estuviese organizado por un Colectivo o Centro Cultural tienen toda la libertad de invitar a quienes les ronque en gana, pero estamos hablando del Centro de Investigaciones Lingüísticas, de la Universidad Autónoma de Nicaragua debieron al menos investigar si en el país existen mujeres escritoras de la post-guerra. Aclaro, no estoy hablando de literatura femenina, ni nada que se le parezca.
El título de este post lo había pensado para comentar sobre un artículo que decía que aún en el imperio, (leáse Estados Unidos) las mujeres no logran la utópica justicia de género. La mujeres tienen menos oportunidades de ganar mejores salarios, siempre están por debajo de los hombres aún con la misma profesión y calificación, no tienen trabajos de tiempo completo y permanente y estadísticamente son las que tienen los niveles de pobreza más altos.
Aunque las mujeres tratamos de ganarnos un espacio social, profesional con trabajo, dignidad y esfuerzo para ser tratadas con respeto son estas pequeñas muestras que nos detienen a pensar que para lograr que nos vean bajo la misma lupa todavía estamos años luz.
De noche todos los gatos son pardos?
Me extraña de sobre manera que esta Alma Mater, donde se ha gestado y motivado la libertad de pensamiento, la revolución, la cultura, donde las mujeres han tenido una participación preponderante en todos y cada uno de los acontecimientos, tuvieron el pequeño desliz de no incluir a mujeres escritoras en su conversatorio...Upsss!!
En abril pasado visité la Costa Caribe junto con tres notables escritoras que son parte de la junta directiva de la Asociación de Escritoras de Nicaragua ANIDE. Si, todavía funciona, tuvieron dificultades pero trabajan proyectos por todo el país. En este viaje nos reunimos con un grupo representativo de la región y solicitarles autorización para publicar sus textos en una muestra poética que pronto publicará ANIDE. Este ejemplar reunirá a 80 mujeres del pacífico, centro y las regiones autónomas del país y contiene poemas en Mayagna, Miskito, Creole, Garífona, Sumo, Rama y Español.
En esta antología hay muchas escritoras que pertenecen a la "post-guerra". También habría que definir ¿Quién pertenece a una generación post-guerra? En nuestro país tuvimos dos momentos de guerra. El primero fue la guerrilla clandestina para derrocar a la Dictadura Somocista, muchas mujeres empuñaron el fusil y también tenían como arma las letras. Durante la revolución, las mujeres se integraron a las brigadas de alfabetización y culturales que viajaban a zonas de guerra, cuando la contra revolución ubicada tanto en el norte como en el sur, protagonizó una guerra fratricida. En estos momentos también las mujeres levantaron su voz y aclamaron la paz.
Antes de escribir, recibí la llamada de mi prima poeta, a quien le comentaba sobre este escrito. Ella tratando de ser ecuánime me dijo: Pero al final de la invitación dice "entre otros " a lo cual respondí: No podemos ser y estar "entre otros" .
Creo oportuno subrayar que las mujeres debemos ser protagonistas de nuestras propias voces y señalar los hechos cuando se quiere invisibilizarnos. Si la intención de los organizadores no fue la segregación de genero, de buenas intenciones está hecho el infierno. Es lamentable que no se haya considerado a una sola mujer para este evento. ¿Acaso las mujeres no tenemos nada que aportar? ¿Nada que decir? Nuestra cuota a la historia sociocultural de este país puede borrarse en la extensión de un afiche? No existen en los registros del departamento de lingüística una línea escrita por una mujer?
Soy egresada de la Unan-Managua, universidad que me engendró el mal padecimiento de la escritura, que me agudizó el pensamiento crítico, que me brindó las herramientas para cuestionar a una sociedad injusta, que me hizo creer que la utopía podemos construirla hombres y mujeres, con nuestras diferencias y complementos.
Es fácil decir que estamos a favor de la ley 779, que condenamos la violencia contra las mujeres, que respetamos los derechos y oportunidades de las mismas. Pero cuando se trata de poner en práctica la teoría de género, se nos olvida cómo se preparaba la receta. La violencia no sólo es el golpe, el abuso, el maltrato. Violencia es invisibilizar nuestro trabajo, darle importancia menor a lo que hacemos y contribuimos, etiquetarnos de "histéricas y feministas" cuando pedimos un trato equitativo.
Leí que la Miss Nicaragua renunció porque su dignidad fue violentada, aunque no soy adepta de estos certámenes, aplaudo la solidaridad expresada por mujeres que por razones de trabajo su imagen también puede ser presa de este tipo de agresión. Siempre las mujeres apoyándonos entre nosotras.
Así mismo exhorto a mis colegas mujeres y hombres que seamos consecuentes con nuestros alegatos y actuaciones. No es con un like de #condenalmachismo que aportamos a mejorar una sociedad plagada de polillas que a vista y paciencia carcomen nuestros débiles cimientos. Es con el ejercicio de la correspondencia mutua, sin rasgar vestiduras, sin discursos mojigatos de equidad, sin prácticas vergonzosas en nuestra cotidianidad que vamos a mejorar el diálogo, salir de la estrechez mental que tiene a este país sumergido en el pantano de la desigualdad.
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