El PelaGatos que hizo reír al mundo.

"No estoy para que ustedes me digan, ni yo para decírselos"

Mario Moreno "Cantinflas"

Puntualmente mi padre se sentaba a ver los largometrajes en blanco y negro que presentaban en un canal de televisión nacional. Previo me pedía un café, insinuada invitación para que estuviera a su lado. Mas que por mirar la película disfrutaba de la compañía de mi padre quien se destornillaba de la risa como si fuera la primera vez que escuchaba el chiste.  Gozaba escuchar sus carcajadas, su rostro enrojecido y disfrutaba el ingenio del malabarismo verbal de este personaje, dicharachero y sarcástico.

Este 18 de septiembre, se estrena en muchas salas de cine en México la película "Cantinflas" que tiene enormes expectativas para ganar el Oscar como mejor película extranjera. Este es el primer proyecto fílmico internacional del  Director Sebastián del Amo que para esta producción contó con un presupuesto de 3.5  millones de dólares.  El riesgo que tomó del Amo y sus colegas de Kenio Films se verá compensado porque esta película, en Estados Unidos superó en taquilla, en su primera semana de estreno, a otras películas con enormes presupuestos y con temas clisé de la industria. 

Mario Moreno, un cómico de carpa de los años 30´, quién en medio de su nerviosismo creó sin proponérselo uno de los personajes más emblemáticos y míticos de la historia de la comedia "Cantinflas". Según Carlos Monsiváis, cuando Mario Moreno olvidó su parlamento en la carpa Ofelia, recurrió a la improvisación "Comenzó a decir lo primero que le viene a la mente en una completa emancipación de palabras y frases y lo que sale es una brillante incoherencia. Los asistentes lo atacan con la sintaxis y él se da cuenta: el destino ha puesto en sus manos la característica distintiva...Semanas después se inventa el nombre que marcará la invención. Alguien molesto por las frases sin sentido grita: "cuánto inflas" o en "en la cantina inflas" la contracción se crea y se convierte en la prueba del bautismo que el personaje necesita."

Cantinflas un personaje extraído del pueblo, del populacho de los años 50´ y 60´, reúne no solo la crisis del México de la época: El de la falta de solidaridad, la burocracia gubernamental, nepotismo, deficiente acceso a la educación los cuales se ven reflejados en cada uno de sus personajes, sino además crea un fenómeno lingüístico sin precedentes.  Su peculiar estilo de improvisación, lo llevó a que en 1992 la Real Academia Española de la lengua, incluyera el verbo "cantinflear" para definir la forma de hablar de manera incongruente y sin decir nada.

No obstante, han sido muchos los lingüistas, escritores que han estudiado a Cantinflas desde el punto de vista semiótico. Porque su lenguaje no es una manera incongruente de decir nada, todo lo contrario, es una decontrucción lingüística que fue vanguardia en América porque apareció antes de la teoría de Derrida y Lacan.

Cantinflas, realiza toda una nueva estructura sintáctica que en su interior tiene conceptos que a través del aparente enredo de palabras, hay un código oculto, una crítica mordaz que reivindica al pobretón, al paria, al analfabeta frente al nepotismo, el abuso y el poder temas recurrentes en sus películas y personajes.  La ironía constante utilizada en el discurso cantinflesco es uno de los principios en filosofía del método dialéctico Socrático. En "La Apología de Sócrates",  Platón  narra  una versión de los hechos del juicio que Sócrates enfrentó al ser acusado de perversión de menores, en uno de sus discursos Sócrates dice :"-Este hombre, por una parte, cree que sabe algo, mientras que no sabe [nada]. Por otra parte, yo, que igualmente no sé [nada], tampoco creo [saber algo]-". Esta frase se contrae al decir: "Yo solo sé que no sé nada" Si hay alguna similitud con el cantinfleo es mera coincidencia.

Mario Moreno proviene de una familia numerosa, criado en la barriada de Tepito que es considerada una de las zonas más populares y antiguas de México. Este barrio, antes de la llegada de los españoles, estaba gobernado por la comunidad indígena de Tlatelolco. En la historia de este populoso barrio algunos dirigentes políticos lo han declarado una zona marginal, de tugurios y peligrosa. Tiene uno de los mercados o tianguis más viejos que se conocen en la región, quien no ha ido al mercado de Tepito en el D.F. no ha estado en México. Es en este contexto donde Mario Moreno se mueve y realiza diferentes trabajos: zapatero, boxeador, taxista, limpia botas, torero y soldado. La experiencia de hacer estos oficios y estar en la clase de los desfavorecidos hacen que sus personajes sean el típico "peladito" o como lo dice frente a un gerente en una de sus películas: "El no es el gato de nadie".

Es precisamente este Pelagatos, que hizo reír al mundo entero con una verborrea que refleja toda una contracultura, un despotricamiento ante la demagogia de los discursos políticos, del engaño que sufren quienes no tienen acceso a la educación y a mejores condiciones de vida. El desarticula el lenguaje que siempre fue un mecanismo de conquista, con la imposición de una lengua se exterminaron culturas enteras. Cantinflas, el personaje, podríamos considerarlo un fenómeno sociolinguístico, tal como nos expresa: “Como quien dice es cuestión de captación. Ahora que le confesaré que yo de repente tampoco me entiendo, pero sí sé lo que digo”

El escritor Eduardo Zeind Palafox en un artículo sobre Cantinflas nos dice: "Cantinflas juega con el lenguaje, ni más allá, ni más acá. Cuando habla se escuchan onomatopeyas, gemidos, circunloquios, perífrasis, paráfrasis, galimatías y uno que otro hipérbaton". Cantinflas en sus frases incluye no sólo la voz, incorpora el gesto, el ademán y juega haciendo aparecer la sonrisa".

Se dice que Cantinflas es el Chaplin de México hay muchas similitudes sin embargo, Chaplin no pudo mostrar su ingenio a través del discurso verbal. Cantinflas hace una contraposición semiótica: La semiótica del lenguaje y la semiótica gestual o semiótica extralingüística, lo que en teoría literaria también se denomina el "metalenguaje". Cuando afirmo que la particularidad de su personaje es la contraposición, Cantinflas no es el típico cómico que acude a la gestualidad exagerada, al estilo de Jim Carrey, para hacernos reír. Su lenguaje gestual contradice lo que con su descarga verbal está diciendo. Este artificio lo observamos cuando expresa: "Pa´que le digo que no, sí, sí" mientras está serio y arquea una de las cejas en señal de ironía.

Monsiváis señala: "Cantinflas le opone la feliz combinación de la incoherencia verbal y coherencia corporal". Son de antología sus múltiples tics faciales, corporales y su palabrería llena de recursos literarios como el retruécano, la repetición y el hipérbaton, veamos este ejemplo: “Las letras no son todas iguales entre sí, debido a que unas son diferentes de las otras y las otras son distintas de las demás… teniendo ante esta situación de símbula, tenemos también las mayúsculas y las minúsculas… las mayúsculas son las que se acostumbran a ser las grandotas y las minúscula, por falta de vitamina, ósea de desenrrollo literario, siguen siendo chaparritas”. (El Analfabeto, 1960)

Antes del estreno de la película en México algunos de sus detractores criticaron la producción porque el papel principal lo interpreta, a mi criterio magistralmente, Oscar Jaenada un español que tuvo que ver hasta 8 veces cada filmes para interiorizar a este complejo personaje.

Mi padre falleció hace 3 años, aunque no estará a mi lado con su taza de café, su cara enrojecida, permanecerá conmigo desde que el tema del Bolero de Ravel empiece a acariciar su recuerdo y su risa resonará en mi oído como lo hizo durante tantos años que fue un ferviente admirador de este singular personaje, quien en homenaje a la memoria de mi papá acudiré al estreno porque como nos asevera Cantinflas: "Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos".