A mis hijos: Rodrigo y Madeleine ¿Me pareció ver un lindo Gatito? Es cierto, es cierto vi un lindo gatito! Si no reconoce esta frase, no tuvo infancia. ¿Quién no recuerda al polluelo de enormes ojos azules con una gigantesca cabeza un diminuto pico que apenas se veía abrir? el gato Silvestre que inventaba cualquier cantidad de trucos para atrapar al canario. Estos personajes antagónicos, pero complementarios son el reflejo de como funciona el mundo infantil. Por un lado un pajarito inofensivo, lleno de ternura, por el otro Silvestre, atolondrado, travieso que no mide consecuencias. ¿Acaso no son así los niños?. ¿Cuántos de nosotros, todavía conservamos ese niño dentro? y nos ilusionamos con un pequeño regalo, un detalle, jugamos y nos reímos igual que los niños, solo por el afán de divertirnos. ¿Cuántos mantenemos a nuestro niño interior secuestrado por años? No lo dejamos hablar, expresar su creatividad, enlodarse, mojarse bajo la lluvia y embarrarse de chocol...